Adiós a la temporada, Monterrey termina con la última ilusión
CONCACAF. Monterrey, Nuevo León. Pesada losa traen de vuelta los Pumas desde Monterrey. Un 3-0 en contra parece difícil de remontar. Se acabó, este es el final de una era, el triste adiós de una temporada y la marca de inicio de algo que por justicia deberá ser mejor.
El Monterrey aprovechó la novatez de sus rivales. Sólo así se pueden explicar los dos goles con los que los regios resolvieron el partido. El tercero, el que mató, fue sólo la consecuencia del futbol brillante que es capaz de desarrollar el equipo de Víctor Manuel Vucetich gracias al talento de sus individualidades, pero también hay que decirlo, no mucho más.
Humberto Suazo los hizo pedazos exhibiendo la falta de experiencia de la zaga universitaria. Y cuando no fue falta de experiencia, fue simplemente incapacidad. Sí, Darío Verón hace mucha falta. A su lado, la inapelable garra con la que juega Marco Palacios, el Pikolín defensa, se vuelve virtuosismo. Pero sin el soporte del paraguayo, las costuras se notan.
Así lo dejó ver Aldo de Nigris, a quien no se le puede restar ningún mérito, pero lo cierto es que la que le hizo a Palacios en el tercer gol ni siquiera la hubiera intentado en otras circunstancias.
De Nigris está jugando en un nivel que hace difícil reconocerlo de un año para acá, y si eso no fue bueno para los Pumas, al menos será bueno para la Selección Nacional.
Sorprendió un poco que Memo Vázquez no comenzó con Juan Carlos Cacho, sino con Alfonso Nieto. Por lógica puede pensarse que lo hizo así porque estaba seguro de que los regios iban a ser muy peligrosos y no quiso ceder en la marca, aunque se tratase de un delantero. Sí, porque lo que puso a hacer a Nieto, persiguiendo a los rivales sin descanso, no hubiera podido hacerlo Cacho.
Orrantía tampoco inició y quizá por la misma razón. Pero la consecuencia fue que los universitarios ni siquiera se acercaran al arco rival y aunque por buenos lapsos del partido inutilizaron la potencia ofensiva del rival, lo cierto es que la sensación de que todo acabaría con el primer descuido, era latente.
El primer gol cayó en el minuto 7, obra de Miguel Morales gracias a una jugada de Suazo en el que tomaron a la zaga descuidada, como si ante un rival así pudieran darse el lujo de tomar 10 minutos para acomodarse en la cancha, rogándole a Dios que no pase nada.
Monterrey desaprovechó irse 2-0 unos diez minutos después, pero Cardozo falló al estrellar el balón en Palacios. Luego, en el 25 Suazo bombeó a la salida de Palacios, pero el balón se fue fuera por poco. Y antes del final del primer tiempo Palacios despojó a De Nigris del tanto. Sospechó que lo hizo enojar…
El 2-0 finalmente cayó en el minuto 59, vaya jugada de Suazo y estupenda definición de De Nigris. El chileno centró desde la derecha, dentro del área, a la salida del portero, para el poste del otro lado. Ahí llegó De Nigris, quien como en cámara lenta esperó lo justo, incluso hasta el regreso de Palacios, para tocar a contrapié, hacia el otro poste, con la cabeza.
El tercero cayó en el minuto 72. Suazo volvió a ser el inicio, con un pase diagonal, por el centro, para De Nigris, quien se sacó a Pikolín controlando con la izquierda y frenando. La inercia llevó al puma hacia adelante. El regio lo dejó en el suelo con una finta más, y en dos toques de zurda, como si fuera su única pierna, mandó el balón a la caricia de la red.
No hubo tiempo para más. Los Rayados tienen ya un pie dentro de la final de la Concacaf, en donde esperará al vencedor del Toronto FC ante el Santos, que fue a Canadá y regresó con un empate 1-1.
El partido de vuelta será en una semana en el Olímpico Universitario. Y aunque la lógica nos diga que es inútil ilusionarse, grandes gestas se han escrito antes sobre esa cancha.