Arranca empate Chivas en CU
Por Pedro Iván Quintana
Chivas y Pumas casi siempre empatan. Con este, suman ocho consecutivos. Será porque son equipos que se parecen. Los pocos años de los jugadores contribuyen a un estilo de juego con base en la dinámica, que la mayoría de los equipos del futbol mexicano son incapaces de sostener.
A los Pumas se le dificultan equipos como este, que corren tanto y mantienen disciplina táctica. Es notorio que pese al entrenador nuevo, las Chivas tienen mucho trabajo detrás y a Ignacio Ambriz no le ha costado trabajo acomodarlos enla cancha y lograr que atiendan a sus funciones reduciendo los márgenes de error casi a nada.
Sí, Pumas juega a provocar el error del rival para aprovecharlo. Lo hace así porque puede y pocos equipos son capaces de apretar a tal grado a un rival. Con las Chivas no funcionó al menos la mitad. No hubo error, pero los visitantes tampoco fueron capaces de generar el peligro que puede adivinarse en nombres como Marco Fabián, Erick Torres, Alberto Medina y Omar Arellano. Los Rojiblancos le dieron 90 minutos de relax y esparcimiento al portero Alejandro Palacios.
Ambriz no arriesgo nada. Era necesario defenderse bien y partir de ahí para neutralizar a un equipo que sabe bien qué hacer con el balón cuando lo tiene. Le puso tres defensores clavados en el centro, dos medios defensivos adelante, dos carrileros más ocupados en marcar que en ir al ataque. Incluso Fabián se pasó el partido preocupado por defender, contrario a su vocación ofensiva.
Lo que les interesaba era irse a casa con el primer punto ganado en este 2012. Salir de CU con el empate cuando lo lógico hubiera sido una derrota, le dará tranquilidad a Ambriz para trabajar una semana completa y tratar ahora sí, de proponer algo, lo que sea, para cambiarle la cara a un equipo con desempeño tan mediocre en los primeros cuatro duelos del torneo.
El equipo universitario tuvo poca alimentación en el ataque. Escasos tiros de media distancia, remates con la cabeza de Juan Carlos Cacho, en especial uno en el minuto 24, que con toda ventaja terminó mal la jugada.
Empate sí, entre dos equipos que se parecen mucho. Pero la diferencia es enorme. Está ahí, en el círculo central de la cancha del estadio Olímpico Universitario, Está ahí, en el pecho del uniforme dorado. Está también en el pensamiento y en el corazón. Porque no es lo mismo creer en el talento que se forma como una vocación que va más allá de un equipo de futbol y está representado por esa U.