Recuerdos de una leyenda auriazul
[bitsontherun EXLlBumr]
Medio siglo después están de regreso. Saltaron a la cancha como hace cinco décadas y entonaron el himno universitario con el mismo orgullo que en 1962. Sí, están de vuelta, la primera camada puma, la misma que hace 50 años logró el ascenso a la Primera División. Pero algo es distinto ahora, no sólo por las arrugas en sus rostros ni por el lento caminar de cada uno de los once elementos. Los Pumas se han encumbrado en lo más alto del futbol nacional, son un referente, un grande que tiene vida gracias a esos hombres.
Por ello el reconocimiento lucía necesario, junto a los encumbrados elementos del plantel actual, los viejos felinos recibieron una ola de aplausos frente a su afición. Un sencillo premio que tardó mucho en llegar y que incluso Lorenzo García, ex delantero de Universidad, reconoció que nunca se imaginó que llegaría.
Sí, regresó a su casa, la misma que aún lo hace estremecerse cada vez que recuerda cada una de las 21 anotaciones que hizo en la campaña de 1962. Son instantes que aún mantiene tatuados en la mente.
Y es que a Lorenzo García poco le importa no haber surgido en la UNAM como la mayoría de sus compañeros, el amor lo demuestra de la misma forma pese a ser forjó por 15 días en otra Universidad como profesional.
El tiempo ha pasado y con ello muchas cosas han cambiado, por eso la visible nostalgia en sus ojos, pues ahora los lujos y el dinero son lo que acompañan al balompié, ya no hay el amor a una camiseta como hace 50 décadas. Le incomodan los exagerados sueldos, sobre todo cuando él podía vivir con un salario común.
De vuelta en casa y con la camiseta más puesta que nunca es como Lorenzo García, acompañado de una decena de sus colegas de aquella primera generación Puma fueron testigos de que aquel cachorro que vieron nacer ha hecho rugir al futbol mexicano por 50 años.